Los que honran al Señor confían en el Señor
No nos glorifiques a nosotros, Señor:
glorifica solamente a tu Nombre,
por tu amor y tu fidelidad.
¿Por qué han de decir las naciones:
"Dónde está su Dios"?
Nuestro Dios está en el cielo y en la tierra,
él hace todo lo que quiere.
Los ídolos, en cambio, son plata y oro,
obra de las manos de los hombres.
Tienen boca, pero no hablan,
tienen ojos, pero no ven;
tienen orejas, pero no oyen,
tienen nariz, pero no huelen.
Tienen manos, pero no palpan,
tienen pies, pero no caminan;
ni un solo sonido sale de su garganta.
Como ellos serán los que los fabrican,
los que ponen en ellos su confianza.
Pueblo de Israel, confía en el Señor:
él es tu ayuda y tu escudo;
familia de Aarón, confía en el Señor:
él es tu ayuda y tu escudo;
confíen en el Señor todos los que lo temen:
él es su ayuda y su escudo.
él es tu ayuda y tu escudo;
familia de Aarón, confía en el Señor:
él es tu ayuda y tu escudo;
confíen en el Señor todos los que lo temen:
él es su ayuda y su escudo.
Que el Señor se acuerde de nosotros
y nos bendiga:
bendiga al pueblo de Israel,
bendiga a la familia de Aarón,
bendiga a los que temen al Señor,
a los pequeños y a los grandes.
Que el Señor los multiplique,
a ustedes y a sus hijos;
y sean bendecidos por el Señor,
que hizo el cielo y la tierra.
El cielo pertenece al Señor,
y la tierra la entregó a los hombres.
Los muertos ya no alaban al Señor,
ni tampoco los que bajaron al sepulcro.
Nosotros, los vivientes, bendecimos al Señor,
desde ahora y para siempre.
¡Aleluya!
REFLEXIÓN DEL SALMO 115: DIOS NOS AMA, SE PREOCUPA DE NOSOTROS, EL NO ES UN FALSO DIOS....
El salmista nos habla de dos cosas: que solo hay un Dios, que es nuestro Creador y Padre y que los demás dioses son solo la piedra,el metal, la madera y el barro en el que están hechos (por tanto, son solo piedra, metal, madera y barro, simples figuras decorativas bastante feas), y en segundo lugar, que Dios, precisamente por ser el Dios Vivo y Eterno, nos entregó una tierra para habitar, se acuerda de nosotros y es para nosotros ayuda y escudo.
El Padre del Cielo sabe que somos polvo y barro, expuestos a mil peligros. Tanto a los que provocamos nosotros mismos por el mal que hay entre nosotros, como los peligros de la propia naturaleza. Pero aunque la naturaleza puede tener sus peligros, es amiga y aliada nuestra, y el 99% de nuestros males son causa humana. Y ya que Dios sabe lo que somos ha puesto dos leyes: La Ley del Corazón, que ha esculpido en nuestras almas y que está reumida en el Decálogo que entregó a Moisés, y la Ley Evangélica, que ese Jesús que tanto nos amó resumió en el Sermón de la Montaña y en las obras en que seremos juzgados en el Juicio.
Pero dentro de la Justicia de Dios, intrínseca a su Amor (la bondad sin justicia deja de ser bondad), Él se ocupa de nosotros y crea unas condiciones en el hogar que nos dió, la Tierra, para que ya que somos polvo y barro, no sucumbamos a la primera. Y en nuestro hogar pasajero,que es la Tierra, necesitamos unas condiciones muy concretas para vivir. Y una de ellas es el Ph, que regula la acidez del agua, el aire y la tierra.
Dicha acidez se mantienen siempre alrededor de un valor neutro de un pH8,el óptimo para la vida,a pesar de que esa cantidad debería ser mucho menor. ¿El motivo? Porque la gran cantidad de ácidos producidos por la oxidación de la atmósfera deberían haber hecho aumentar la acidez terrestre hasta un pH3,cantidad comparable a la del vinagre y que haría imposible la vida.
Pero en este planeta-máquina hay un neutralizador biológico para que esto no suceda. La biosfera se encarga de fabricar,por medio de los procesos metabólicos de los seres vivos unos 1.000 millones de toneladas de amoníaco,que es muy alcalino. Y "casualmente" es la cantidad exacta para anular la excesiva acumulación de ácidos. No es más ni menos,sino la cantidad impecable para que el pH sea el que sea.
De nuevo la Tierra utiliza mecanismos naturales para anular procesos negativos para la vida que ocurrirían en la propia Tierra,a causa de otros mecanismos naturales. Como en tantos otros casos en que nuestro planeta actúa como un robot programado. ¿Pero programado por quién? ¿por dioses de madera y barro? ¿por un infinito cumulo de casualidades? ¿Por el Dios Eterno y Todopoderoso?
Como en todo,la clave esta en Dios,el Padre y Sumo Hacedor. Dios se ocupa de todo. Entonces ocupemosno de amar a Dios tal como Él nos ama. Y no hace falta amarle dándonos latigazos, sino cumpliendo el camino que nos ha trazado seguir para llegar a Él.
y nos bendiga:
bendiga al pueblo de Israel,
bendiga a la familia de Aarón,
bendiga a los que temen al Señor,
a los pequeños y a los grandes.
Que el Señor los multiplique,
a ustedes y a sus hijos;
y sean bendecidos por el Señor,
que hizo el cielo y la tierra.
El cielo pertenece al Señor,
y la tierra la entregó a los hombres.
Los muertos ya no alaban al Señor,
ni tampoco los que bajaron al sepulcro.
Nosotros, los vivientes, bendecimos al Señor,
desde ahora y para siempre.
¡Aleluya!
REFLEXIÓN DEL SALMO 115: DIOS NOS AMA, SE PREOCUPA DE NOSOTROS, EL NO ES UN FALSO DIOS....
El salmista nos habla de dos cosas: que solo hay un Dios, que es nuestro Creador y Padre y que los demás dioses son solo la piedra,el metal, la madera y el barro en el que están hechos (por tanto, son solo piedra, metal, madera y barro, simples figuras decorativas bastante feas), y en segundo lugar, que Dios, precisamente por ser el Dios Vivo y Eterno, nos entregó una tierra para habitar, se acuerda de nosotros y es para nosotros ayuda y escudo.
El Padre del Cielo sabe que somos polvo y barro, expuestos a mil peligros. Tanto a los que provocamos nosotros mismos por el mal que hay entre nosotros, como los peligros de la propia naturaleza. Pero aunque la naturaleza puede tener sus peligros, es amiga y aliada nuestra, y el 99% de nuestros males son causa humana. Y ya que Dios sabe lo que somos ha puesto dos leyes: La Ley del Corazón, que ha esculpido en nuestras almas y que está reumida en el Decálogo que entregó a Moisés, y la Ley Evangélica, que ese Jesús que tanto nos amó resumió en el Sermón de la Montaña y en las obras en que seremos juzgados en el Juicio.
Pero dentro de la Justicia de Dios, intrínseca a su Amor (la bondad sin justicia deja de ser bondad), Él se ocupa de nosotros y crea unas condiciones en el hogar que nos dió, la Tierra, para que ya que somos polvo y barro, no sucumbamos a la primera. Y en nuestro hogar pasajero,que es la Tierra, necesitamos unas condiciones muy concretas para vivir. Y una de ellas es el Ph, que regula la acidez del agua, el aire y la tierra.
Dicha acidez se mantienen siempre alrededor de un valor neutro de un pH8,el óptimo para la vida,a pesar de que esa cantidad debería ser mucho menor. ¿El motivo? Porque la gran cantidad de ácidos producidos por la oxidación de la atmósfera deberían haber hecho aumentar la acidez terrestre hasta un pH3,cantidad comparable a la del vinagre y que haría imposible la vida.
Pero en este planeta-máquina hay un neutralizador biológico para que esto no suceda. La biosfera se encarga de fabricar,por medio de los procesos metabólicos de los seres vivos unos 1.000 millones de toneladas de amoníaco,que es muy alcalino. Y "casualmente" es la cantidad exacta para anular la excesiva acumulación de ácidos. No es más ni menos,sino la cantidad impecable para que el pH sea el que sea.
De nuevo la Tierra utiliza mecanismos naturales para anular procesos negativos para la vida que ocurrirían en la propia Tierra,a causa de otros mecanismos naturales. Como en tantos otros casos en que nuestro planeta actúa como un robot programado. ¿Pero programado por quién? ¿por dioses de madera y barro? ¿por un infinito cumulo de casualidades? ¿Por el Dios Eterno y Todopoderoso?
Como en todo,la clave esta en Dios,el Padre y Sumo Hacedor. Dios se ocupa de todo. Entonces ocupemosno de amar a Dios tal como Él nos ama. Y no hace falta amarle dándonos latigazos, sino cumpliendo el camino que nos ha trazado seguir para llegar a Él.
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